José Cruz Delgado
MORELIA, Mich.,.- En lo que va del año 133 michoacanos han muerto en su búsqueda por el sueño americano, de los cuales dos lo han hecho al momento de cruzar la frontera víctimas del abandono en el desierto por parte de coyotes integrantes de las grandes redes de polleros fronterizas.
Paralelamente que las autoridades reconocen las redes de polleros operan en todo el territorio estatal, señalan que el número de muertes en la frontera se queda corto, sobre todo porque en muchos casos los migrantes viajan solos y no hay quien reporte su deceso o que reconozca un cuerpo en caso de encontrarlo.
De acuerdo con Pedro Fernández Carapia, coordinador de Políticas y Programas Transversales de la Secretaría del Migrante, este año los michoacanos fallecidos en Estados Unidos ascienden a 133, de los que 131 murieron por causas generales y dos en su intento por cruzar la frontera.
Las generales son causas que van desde accidentes automovilísticos, muerte natural hasta diferentes tipos de enfermedades.
El funcionario reconoce que hablar de la muerte de dos personas en su intento por cruzar la frontera es hasta cierto punto un número irreal, “desgraciadamente muchos de los casos que se dan en la frontera no entran ni siquiera a las estadísticas. En el caso de las personas que van acompañadas de familiares hay la posibilidad de que se les reconozca y reporte, pero en el caso en donde la persona cruza sola no hay manera de saber, ahí te puede pasar que los polleros te dejen y fallezcas, sólo en algunas ocasiones se les llega a identificar”.
Por lo que toca a las redes de polleros y su presencia en territorio michoacano, el funcionario reconoce que éstas se presentan en todo Michoacán, aunque de manera particular en el área del bajío, “en toda la zona de los balnearios operan, ahí se camuflajean, en toda esa parte de Puruándiro entran y salen autobuses de supuestos bañistas, lo mismo salen camiones de la Meseta Purépecha que del oriente, por allá en Ciudad Hidalgo.
“Creo que sí hace falta una revisión de las estrategias, aunque me parece que se trata de una relación interinstitucional en donde todos empujemos para que se de una mayor vigilancia”. Fernández Carapia apunta que a partir de datos de diferentes consulados como el de Arizona (en donde hay muertes en el desierto), se tienen estimaciones de que el número de decesos por cruzar es mayor, se estima que entre el 30 y 40 por ciento de los casos no llegan a estadísticas.
“Dos casos en este 2008 evidentemente es un número fuera de lo real, pero al no tener estadísticas no hay manera de confirmarlo, pero yo si creo que puede cuatro o cinco veces más en el número y esto nada más basándonos en los datos que nos dan los cónsules”.
El funcionario reconoció que hay aún incapacidad en las autoridades para contrarrestar el fenómeno de los coyotes, mismos que actúan en total impunidad, aunque acotó, “hay dos tipos de polleros”.
“Todavía no se tiene la capacidad para acabar con este fenómeno, pero vale aclarar que hay dos tipos de coyotes, unos son los que pertenecen a grandes redes relacionadas con otro tipo de ilícitos como son las drogas y la prostitución, pero están también los coyotes comunitarios que son los que provienen de los propios pueblos de los migrantes y que por su propia característica de vecindad se comprometen de otra manera con la seguridad de aquél que decide cruzar la frontera”.
En la actualidad los coyotes comunitarios están en proceso de extinción de acuerdo con Fernández Carapia, esto debido a que las grandes redes de polleros se han dedicado a perseguirlos y desaparecerlos por afectar sus intereses en el negocio. Para una persona que tomado la decisión definitiva de cruzar la frontera, la opción menos peligrosa es contratar un coyote comunitario, “acudir a los servicios de los polleros que están en la frontera es mucho más riesgoso porque en muchos de los casos ni siquiera se tiene contacto visual con ellos, se les contrata vía telefónica y éstos se desentienden fácilmente de la gente al momento de cruzar.
“En todo caso yo creo que era mejor a la antigüita, porque ahí las personas se iban con el coyote de la comunidad, del rancho o de la colonia y por lo menos ellos por ser vecinos tenían más cuidado de proteger a las gentes”.
Los coyotes de la frontera en un momento de peligro no son identificables, ya que una vez que se les contacta, primero se trata con una persona encomendada “de enganchar” que llevará al interesado hasta otra segunda gente que será la encargada de cruzar el territorio, ésta a su vez luego entrega al migrante a un tercer sujeto que es el facultado del traslado al lugar final del recorrido y en su caso de cobrar por los servicios.
(MIGRACION) Mueren 133 michoacanos en frontera con EEUU
Written By . on sábado, junio 21, 2008 | 9:26 p.m.
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