Omar Velazco
*Sólo faltaba la orden. Los funcionarios consultados indicaron que a partir de las 7 de la noche todo se "resolvería en cualquier momento del sábado o domingo".
OAXACA.-El cerco militar sobre el estado se fue extendiendo, como mencionó en su comunicado número 187, fechado el 5 de octubre: "desde el 27 de marzo de 2006 hay un despliegue del Ejército Mexicano patrullando en Oaxaca, en acotamiento de grupos armados.
"Actualmente, el Ejército y la Fuerza Aérea tienen desplegados en Miahuatlán 624 elementos pertenecientes al 6º batallón de infantería; Pinotepa Nacional, 645 del 47º; Nopala, 609 del 54º; Juxtlahuaca, 372 del 95º; Tuxtepec, 442 efectivos del 6º regimiento de caballería motorizado; Tlaxiaco, 104 pertenecientes al 95º batallón de infantería; Coxocon, 489 del 13º regimiento de caballería motorizado; Huajuapan de León, 185 efectivos de la 23 compañía de infantería no encuadrada; en los límites con Puebla, 489 elementos pertenecientes al 24º regimiento de caballería motorizado; en los límites con Guerrero, mil 455 del 4º, 48º y 93º batallones de infantería".
El despliegue, informó la Sedena, se hizo "en previsión de cualquier evento", pero agregó que en Ixcotel, Oaxaca, hay una brigada de infantería organizada con tres batallones de mil 837 efectivos, que también, tras órdenes superiores, podría desplegarse.
"En la base aérea militar ubicada en el aeropuerto de Oaxaca están disponibles, para reconocimiento, cuatro helicópteros (2 Bell 212 y 2 Bell 206).
"La Fuerza Aérea Mexicana dispone de aviones Schweizer, siendo su principal característica el ser silenciosos y permitir obtener información sensible", indicó la dependencia.
Así, desde antes de las 12 de la noche del viernes, en la Presidencia de la República se determinó el uso de la fuerza pública para "resolver el conflicto" en esa entidad. A decir de las fuentes consultadas, el operativo castrense que había propuesto la Sedena se dejó como último recurso, debido a que "no se trata de un estado de guerra interna y provocaría un efecto indeseable en la visión internacional".
Entonces se analizó la posibilidad de utilizar una fuerza compuesta por agentes federales y estatales, pero finalmente se determinó que ingresara la PFP, ya que en su mayoría son militares adscritos a esa corporación y su sujeción al mando sería inamovible.
Las fuentes consultadas revelaron que se acordó realizar el despliegue de fuerzas federales, sujetas a las órdenes de la Secretaría de Gobernación, y mientras no sea necesaria su intervención, los efectivos de las fuerzas armadas mantendrán posiciones en espera de órdenes.
Más tarde se sumaron alrededor de 120 elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la Procuraduría General de la Repúplica.
El accionar de la PFP -y de los elementos de otras corporaciones que lleguen a tomar parte en el operativo-, según indicaron los funcionarios entrevistados, estaría supervisado por notarios públicos y observadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Los elementos federales no llevarían armas letales, pero sí agentes químicos (como gas lacrimógeno) y equipo antimotines, y en su accionar contarían con el apoyo de 10 camiones antimotines (los mismos que estuvieron varados en las inmediaciones de la Cámara de Diputados el 1° de septiembre, el día en que se impidió que Vicente Fox subiera a tribuna a leer su último Informe.
Un grupo especial, integrado en su mayoría por militares, se haría cargo de la ejecución de las órdenes de captura pendientes, ya que la PGR se mantendría al margen de cuestiones operativas, y únicamente su personal adscrito a la delegación en Oaxaca permanecería en alerta y a la espera de requerimientos específicos para iniciar acciones jurídicas, en caso necesario.
Los entrevistados mencionaron que la acción inicial sería abrir las barricadas y retirar cualquier objeto que impidiera el paso de los grupos policiacos, y no efectuar ninguna maniobra de fuerza hasta no ser objeto de agresiones.
Durante los encuentros del gabinete de seguridad también se hizo a un lado el factor sorpresa (iniciar acciones en la madrugada o al alba, como se hizo en San Salvador Atenco en mayo pasado), para evitar que surgieran acusaciones de violaciones a los derechos humanos o excesos.
También se consideró que esta medida permitiría que los integrantes de la APPO y de la sección 22 del magisterio se retiraran de las barricadas en el transcurso del sábado y se desistieran de obstaculizar el ingreso de las fuerzas federales. Mera acción disuasiva durante varias horas, a fin de avanzar de manera determinante en las negociaciones en Gobernación.
"Estos cuerpos se irán concentrando en la capital del estado en el transcurso del día".
La base militar que se localiza en el aeropuerto de Oaxaca fue el punto elegido, y luego se desplegarían conforme a los requerimientos operativos.
El primer avión con agentes federales tocó tierras oaxaqueñas antes de las 11 de la mañana, y con ello también se suspendió el tráfico aéreo comercial de manera temporal, mientras concluían los seis vuelos programados inicialmente.
Se esperaba que el último contingente partiera del aeropuerto de la ciudad de México a las 7 de la noche, hora y media antes de que Gobernación diera un ultimátum a la APPO y la sección 22.