SIN LINEA
***Pese a toda prohibición, miles de celulares proliferan en las cárceles
José SANCHEZ LOPEZ
ADUANAS "inteligentes", arcos detectores de metales, barras con
scanner, inhibidores de señal y muchas otras estrategias más han sido
puestas en práctica para evitar la introducción de armas, drogas,
objetos prohibidos diversos y celulares --aunque ahora están más de
moda las computadoras a las prisiones. Pero nada ha servido. Cálculos
conservadores, de acuerdo a la población penitenciaria tan sólo en el
Distrito Federal, estiman que hay no menos de 20 mil aparatos de
telefonía móvil en poder de los reos de las 10 cárceles capitalinas,
con una población de más de 42 mil reclusos, lo que significa que
cuando menos el 50 por ciento de los presos tiene, cuando menos, su
celular desde donde puede dirigir, mandar y controlar a su grupo
delictivo, lo mismo para extorsionar que para fraguar asaltos,
traficar drogas, licor, armas, etcétera. Las buenas intenciones de las
autoridades, si es que las hay, se estrellan contra una barrera
infranqueable: la corrupción, en la que participan desde el modesto
celador hasta el más alto funcionario, pasando por todos los niveles.
Cada vez que se lleva a cabo un cateo en alguna de las prisiones, no
sólo de la Ciudad de México sino de todo el país, los "cateadores"
encuentran migajas, unos cuantos teléfonos, unas cuantas "grapas" de
droga, unos cuantos cigarrillos de mariguana. Sólo basura que los
mismos jefes de las cárceles dejan en las celdas para que puedan
justificar su encomienda. Pero el grueso del tráfico de armas,
cartuchos, granadas, droga, teléfonos portátiles y todo lo que se les
antoje a los reos sigue imparable. Ha habido casos donde no sólo se
han descubierto celdas que parecen palacetes, sino hasta garitos,
palenques y hasta habilitados rings para llevar a cabo peleas,
organizadas por los carceleros, entre los mismo reclusos. Ante ese
panorama, propiciado por el mismo sistema carcelario, es impensable
siquiera el nombre de "Centro de Rehabilitación". Nadie bajo ese
sistema podrá reincorporarse a la sociedad, lo más seguro es que los
cientos de miles de reos de nuestras cárceles se especialicen y salgan
aún más resentidos a continuar con su carrera delictiva, pero ya
"perfeccionados". Es tiempo ya que el nuevo gobierno enfoque su
atención en las prisiones e implante un verdadero sistema de
readaptación y que las prisiones dejen de ser "minas de oro" para
políticos y funcionarios corruptos.***PREGUNTAS p'al Diablo…Si ponen
imágenes de muerte en las cajetillas de cigarros para que se deje de
fumar…¿Por qué no ponen fotos de niños famélicos en los envases de
comida chatarra? ¿Por qué no ponen fotos de animales sacrificados en
productos cosméticos y artículos de piel? ¿Por qué no ponen fotos de
víctimas de conductores ebrios en las botellas de vino o de cerveza? Y
¿Por qué no unas fotitos de políticos pillos y funcionarios
deshonestos en los documentos con los que pagamos nuestros impuestos?
O todos coludos o todos rabones. ¿Qué no?***LA PRISION DEBIA SER UN
INSTRUMENTO TAN PERFECCIONADO COMO LA ESCUELA, EL CUARTEL O EL
HOSPITAL.***AU REVOIR.
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