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Written By . on jueves, agosto 14, 2008 | 8:05 p.m.

Capitalismo feudal

“Quien se niega a aplicar remedios nuevos debe prepararse a sufrir nuevos males,
Porque el tiempo es el mayor innovador de todos”.
Francis Bacon

Francisco Velasco Zapata

En el Espíritu de las Leyes, el Barón de Montesquieu -al describir al Estado Turco- afirmó: “No hay ningún despotismo tan perjudicial como aquel cuyo príncipe se declara propietario de todas las posesiones territoriales y heredero de todos sus súbditos: la consecuencia inevitable es el abandono del cultivo y, si el soberano se inmiscuye en el comercio, la ruina de toda la industria” (Apud. Perry Anderson, El Estado Absolutista, México, S. XXI editores, p. 410)

Durante el siglo XIX y XX los pensadores marxistas, convencidos de la totalidad de sus hipótesis teóricas profetizaban “la universalidad de las sucesivas etapas de desarrollo socioeconómico acaecidas en Europa y la consecuente creencia de que el feudalismo es el mejor concepto de alcance mundial que sirve para estudiar, analizar y entender el desarrollo histórico de los estados europeos, africanos y asiáticos” e incluían al resto del globo terráqueo. Por ello no es de extrañar que con ese método se hayan descubierto y estudiado los feudalismos otomano, egipcio, marroquí, indio, mogol o chino. Por ello es comprensible que el concepto de feudalismo se haya utilizado tanto para estudiar cualquier formación social situada entre los polos de identidad tribal y capitalista, siempre que no estuviera asociada con la esclavitud. Y es que el concepto de feudalismo -durante décadas- ha servido para describir una “formación social donde se da una combinación de grandes propiedades de tierra con pequeña producción campesina, en la que la clase explotadora extrae el excedente del productor inmediato por medio de formas consuetudinarias de “coerción extraeconómica” (prestaciones de trabajo, entregas en especie, rentas en dinero) y donde el intercambio de mercancías y la movilidad de la fuerza de trabajo están igualmente limitados.”

En la lógica descrita, el prestigiado historiador Perry Anderson -en su afamado texto “El Estado Absolutista”- nos recuerda que durante mucho tiempo la “China de los Ming, la Turquía selyúcida, la Mogolia de Genghis, la Persia Safávida , la India mogol, el Egipto Tulúnida, la Siria Omeya , el Marruecos almorávide y la Arabia wahabí han sido igualmente clasificados como feudales, del mismo modo que la Francia capeta, la Inglaterra Normanda o la Alemania de los Hohenstaufen” (Cfr. Op. Cit. p. 412) no obstante que hay diferencias enormes en la variables jurídicas y políticas que caracterizan a cada uno de los casos mencionados.

No obstante lo descrito, vale la pena aclarar que nuestro interés sobre el concepto de feudalismo, en esta ocasión, consiste en hacer resaltar que tanto para los casos mencionados como para el caso de nuestro país -México- las formas de dominación y extracción de “plusvalía” no han variado más que en la forma, pero no en el fondo. ¿O habrá alguien que sea capaz de defender lo contrario? ¿Podría alguien negar que en nuestro tiempo -“la era de la mundialización o globalización capitalista”- casi como en la época feudal se suscita la desigualdad y la opresión, a pesar de que la extracción de plusvalía se realice por medios más económicos que de otra especie?

Aunque la mayoría de las veces con retórica demagógica, todos o casi todos los estados democráticos de prácticamente todo el mundo y todos los políticos de la historia, han buscado mejorar la calidad de vida de sus gobernados. Por ello nos preguntamos ¿Porqué nunca lo logran? ¿Por qué se tardan tanto? ¿Qué fuerzas no visibles los obligan a actuar en sentido contrario a lo que prometen? ¿Podríamos hablar, en ese sentido, de una especie de capitalismo feudal? Y en ese mar de conceptos y teorías es que consideramos que vale la pena resaltar las palabras del destacado economista Dr. Cuauhtémoc Anda Gutiérrez quien nos recuerda en su estupendo libro “Nacimos endeudados” que allá por 1969, “el distinguido maestro y Premio Nobel de Economía, Gunnar Myrdal, identificó y vaticinó una especie de enfermedad económica, y dijo que atacaría a algunos países y nosotros deberíamos combatirla; ya que atraería aparejada la injusticia. A esta enfermedad la bautizó con el nombre STAGFLATION, que es la unión de dos palabras en inglés, Stagnation (estancamiento) e inflation (inflación)” ¿Qué nos asegura que más que STAGFLATION, lo que sufrimos no es un capitalismo feudal y que será de largo plazo como es frecuente en las diversas etapas históricas? Por mi parte, aunque sin el rigor académico y científico pertinente, agregaría a lo dicho por el maestro Myrdal, más que estanflación, lo que sufrimos es una sumatoria de estanflación más corrupción, más impunidad, más desempleo, más migración, más inseguridad, etc., etc. que es igual a capitalismo feudal. ¿Y usted cómo la ve?

Politólogo. Presidente de Parlamento Ciudadano A. C., Agradezco sus comentarios a: comunicacionsocial_pacem@yahoo.com.mx
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